Por Fausto Triana
Madrid, 23 sep (Prensa Latina) Aunque el movimiento telúrico del fútbol femenino español se sintió a inicios de mes, el terremoto entró con fuerza en las últimas horas y hoy pocos aventuran un final feliz.
Cerca de la medianoche de ayer, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) dio a conocer en un comunicado su rechazo tajante a 15 jugadoras que impugnaron al entrenador Jorge Vilda, al tiempo que anunciaron su renuncia al seleccionado nacional.
En correos electrónicos con textos idénticos, las jugadoras argumentaron su decisión por una situación que «les afecta ‘de forma importante en su ‘estado emocional y en su ‘salud».
El tono supo a chantaje para los mandamases de la RFEF, que ratificaron a Vilda como técnico y deslizaron que un hecho así pudiera suponer duras sanciones, que de momento se restringen de aplicarlas.
Periodistas deportivos locales en espacios como el Partidazo de la cadena radial Cope, el Golazo de Gol de Movistar o El Chiringuito de Jugones, se pronunciaron de forma mayoritaria por la dimisión de Vilda y al mismo tiempo, vetar a las protagonistas del motín de integrar en el futuro la escuadra nacional.
Por ahora, prevalece el enunciado de la RFEF, que reafirmó el puesto del preparador principal y subrayó que «no va a permitir que las jugadoras cuestionen la continuidad del seleccionador nacional y de su cuerpo técnico, pues tomar esas decisiones no entra dentro de sus competencias».
De hecho, la directora del fútbol femenino en la federación, Ana Alvarez, calificó lo sucedido de «muy, muy grave (…), tan grave que ha sobrepasado una barrera».
Por su parte, el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), José Manuel Franco, opinó que se deberían replantear la decisión y recordó que el fútbol femenino español está adquiriendo una importancia vital y única en Europa.
«No nos podemos permitir este tipo de situaciones. Es necesario diálogo y que las partes se sienten a negociar», acotó.
La convocatoria de comienzos de mes destapó el problema, cuando las capitanas Irene Paredes, Patri Guijarro y Jenni Hermoso apuntaron a la RFEF que no estaban de acuerdo con los métodos de Vilda.
Luego, recogieron la cuerda y si bien reconocieron un malestar general con el técnico, negaron haber pedido su dimisión.
Ni Paredes ni Jenni Hermoso, están en el grupo de las 15 rebeldes, como tampoco la capitana principal de la Roja y Balón de Oro, Alexia Putellas, lesionada desde julio.
Además de Guijarro, otras de las figuras importantes que exigen la salida de Vilda son Mapi León, Claudia Pina, Ona Batlle, Andrea Pereira, Aitana Bonmatí y Sandra Paños.